
Suwon, Suncheon y otros lugares interesantes en el sur de la Península de Corea
Continuando con la serie de entradas sobre Corea del Sur, seguimos con la siguiente parte del viaje que comprende la zona sur del país. Nuestros pasos nos llevan hasta la provincia de Jeollanam, en concreto a Suncheon, donde hicimos base para visitar los lugares de interés que veremos a continuación. Si bien de camino a esta provincia hicimos varias paradas interesantes.
Pero antes de hablar de estos lugares conviene realizar una serie de advertencias sobre el uso del coche por las carreteras de Corea del Sur:
- La gran mayoría de ciudadanos coreanos se mueve en coche, por lo que el tráfico entrada-salida en las ciudades es abundante. Hay dos aspectos importantes a tener en cuenta:
- La contaminación atmosférica, incluso en la carretera, es muy significativa.
- Los desplazamientos pueden demorarse mucho por el tráfico.
- Las distancias en kilómetros son muy engañosas, por lo que conviene planificar mucho las rutas a realizar en coche.
- La práctica totalidad de la red de carreteras coreanas cuenta con radares de tramo que miden la velocidad media de circulación.
- Es necesario contar con el permiso de conducir internacional para poder alquilar un coche. Este permiso se puede obtener a través de la Dirección General de Tráfico.
- La mejor aplicación para poder utilizar el GPS (aunque muchos coches la tienen incorporada en su propio navegador) es Naver (el Google Coreano).
Visita a la fortaleza de Suwon
En primer lugar, cogimos el coche de alquiler en una oficina de Seoul para ir a visitar la ciudad de Suwon, la primera parada en este recorrido. Había mucho tráfico para salir de la ciudad así que hay que armarse de paciencia e ir con cuidado por la carretera. La gasolina no está muy cara (1540 W/L, que vienen a ser unos 1,1€/L) y la mayor parte del trayecto se puede hacer con el motor eléctrico EV del coche.
La ciudad de Suwon es la capital de la provincia de Gyeonggi y se sitúa a unos 30 km al sur de Seoul. El principal atractivo de esta pequeña ciudad es la Fortaleza de Hwaseong, construida en 1794 para honrar y albergar los restos mortales de los reyes de la Dinastía Chosön.

Esta fortaleza fue declarada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1997 y combina elementos tradicionales del estilo occidental y del estilo oriental, lo que la hace muy diferente de otros fuertes coreanos. El río Suwoncheon fluye a través del centro de la fortaleza, lo que otorga a este lugar unas características únicas.
Para llegar hasta la fortaleza utilizamos la App Naver-maps, que nos guio hasta el un parking justo al lado de la oficina de turismo de Suwon. No nos hizo muy buen tiempo por la mañana, sin embargo, mereció la pena la visita. La ubicación de este conjunto permite también unas muy buenas vistas de la ciudad.

Los muros de la fortaleza tienen aproximadamente 5,52 kilómetros de longitud y tienen gran variedad de instalaciones militares, por lo que lleva bastante tiempo visitar el recinto por completo. Mi recomendación personal es visitar la mitad que parte desde la oficina de turismo hasta la torre de Seojangdae, situada al sur del recinto amurallado. La subida es pronunciada, así que llevad calzado adecuado.



Tras visitar la fortaleza damos un paseo por las calles situadas dentro de las murallas del recinto y comemos en un restaurante japonés Baekyonbang en el barrio de Haengridan-gil. La relación calidad-precio era muy buena y estaba decorado con figuras de toda clase de series de Anime. También aprovechamos para darnos una vuelta por esta zona que nunca está de más.

Tras comer continuamos el viaje hacia el sur. Antes del anochecer (más o menos, pues llegamos a la ciudad prácticamente anocheciendo) hacemos parada en la ciudad de Jeonju, capital de provincia de Jeolla del Norte.
En Jeonju se encuentra un Hanok (aldea tradicional) de aproximadamente 800 casas tradicionales. Si bien no pudimos verlo de día (y por eso no saqué fotos de la zona), de noche tiene un encanto especial.

Después de la visita cenamos a las afueras de la ciudad y continuamos el viaje por la autopista hasta Suncheon, acabando el día en el hotel que teníamos cogido para esa noche.
El humedal de Suncheon y la ciudad
Por la mañana intentamos visitar el jardín nacional de Suncheon (que por desgracia estaba cerrado hasta el 1 de abril). Este recinto contiene aproximadamente 860.000 árboles y 650.000 flores en sus casi 1,3 kilómetros cuadrados, con lo cual es un buen lugar donde pasar unas horas. Podéis ver fotografías de esta zona aquí.

Dado que no pudimos visitar el recinto, nos desplazamos en coche hasta los humedales de la bahía de Suncheon. Este lugar es uno de los 5 humedales más importantes del mundo y se ubica en los 3 kilómetros que recorren los ríos Dong e Isa hasta su desembocadura en el mar de Corea.
Este lugar está protegido por el Convenio Ramsar y es hábitat de muchas especies de aves, peces y plantas, entre las que destacan los peces de fango, la grulla monje y la Suaeda (fanerógama).

La entrada a la reserva natural cuesta 7.000W y se encuentra al sur de la ciudad. El recinto cuenta con un observatorio de aves, así como varios centros de actividades. Si bien la parte que más me gustó fueron las pasarelas peatonales de madera que se extienden sobre el humedal y que permiten ver de cerca toda la fauna.


Otro punto de interés en la zona es el pueblo de Neosu, al sur del recinto principal del humedal, donde hicimos una pequeña parada para ver los cerezos en flor y las pasarelas de madera que permiten ver la costa desde cerca.



Templos de Seonansa y Songgwangsa
Tras acabar la visita del humedal y la costa cercana viajamos hasta los templos de Seonansa y Songgwangsa, situados a 40 minutos (aprox.) en coche desde Suncheon. Empezamos por el templo de Songgwangsa, que es uno de los templos budistas más importantes de Corea del Sur junto con los de Tongdosa y Haeinsa.

Apodado como una de las tres joyas del Budismo Seon este templo se encuentra a los pies del monte Jogye, en la provincia de Jeolla del Sur. Fue fundado en el año 867 y es actualmente un monasterio budista. Ha sido reconstruido varias veces a lo largo de sus siglos de historia, siendo la más significativa la realizada en el año 1190 por el maestro Seon Jinul, cuyas enseñanzas de meditación influyeron profundamente en la práctica budista coreana.
El templo está rodeado de un paisaje natural impresionante con pinos gigantes y un puente pavilionado llamado Cheongnynggak. Su edificio principal alberga estatuas de los Budas del pasado, presente y futuro y entre sus tesoros destacan un enorme contenedor de arroz y dos árboles de enebro chino.
Este templo celebra festivales importantes como el cumpleaños de Buda, donde se encienden linternas de loto, y el año nuevo lunar. Además celebra dos temporadas de meditación al año, en invierno y en verano, donde los monjes practican intensamente para alcanzar la iluminación.
Para poder acceder al templo principal es necesario dejar el coche en el asentamiento situado al pie de la montaña, que está rodeado de tiendas y restaurantes donde comimos antes de emprender la subida al templo. La senda que lleva hasta Songgwangsa recorre el río Nakdong durante un paseo de aproximadamente 30 minutos.

Seguidamente se encuentra el templo de Seonansa. Si bien es posible realizar una ruta de unas 4 horas a pie atravesando la montaña de Jogye para llegar hasta este lugar, decidimos dar el rodeo en coche para llegar hasta esta zona.

Puente del templo de Seonansa. Fuente: Tripadvisor
Este templo se encuentra en el extremo oriental del monte Jogyesan y, al igual que en el templo anterior, es necesario caminar durante aproximadamente 1 km desde el aparcamiento para llegar. Siguiendo el valle del río aparece uno de los Tesoros Nacionales de Corea, el puente Sungseon, que da acceso al recinto principal del templo.
Este templo, también conocido como el «templo del precipicio del inmortal» es un templo budista coreano perteneciente a la orden Taego, aunque la orden Jogye también reclama su posesión. Su nombre proviene de la leyenda que cuenta que un inmortal (Xian) jugó al juego de Go en este lugar.
Fue fundado en el año 529 por el monje misionero Ado, quien construyó una ermita en esta ubicación, posteriormente en el año 861 el monje Doseon amplió el sitio y lo renombró como Seonamsa. El templo sufrió graves daños durante las invasiones japonesas de Corea y fue posteriormente restaurado.
Al igual que el anterior templo, está rodeado de un entorno natural impresionante, con puentes arqueados y estanques. Este templo es especialmente atractivo en primavera, cuando florecen los cerezos y en otoño con los colores del follaje. Alberga 19 propiedades culturales nacionales, incluyendo los puentes, pagodas y salones históricos.
Aldea de Nagan Eupseong
Para poner fin a la jornada, nos desplazamos hasta la aldea de Nagan Eupseong.
Se trata de un pueblo histórico amurallado, ubicado en el municipio de Nagan-myeon, en la provincia de Jeolla del Sur. Fue un centro administrativo durante la dinastía Joseon y está designado como Sitio Histórico. El pueblo consta de tres barrios dentro de sus murallas, con edificios bien preservados como la fortaleza, oficinas gubernamentales y casas tradicionales del estilo hanok, con techos de paja y verandas coreanas.

Hoy en día el pueblo sigue habitado por alrededor de 100 familias, muchas de las cuales se dedican a la agricultura y mantienen el estilo de vida y las tradiciones de la región. Por lo que pudimos hablar con los Coreanos que visitaban la zona, también utilizan las viviendas como casas de vacaciones.

La fortaleza fue construida en el año 1397 para defender la aldea de los ataques de los piratas japoneses. Nueve casas con techos de paja del siglo XIX están designadas como patrimonio nacional por ser ejemplos valiosos de la arquitectura de Jeolla del Sur durante la dinastía Joseon, y desde entonces se han llevado a cabo proyectos para preservar su paisaje. En 2010 el pueblo fue incluido en la lista tentativa de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Parque nacional de Jirisan
Nos levantamos y dejamos Suncheon para visitar otro templo, pero acabamos en el parque nacional de Jirisan al equivocarnos en un desvío para visitar un templo cercano. 0 regrets, anyway.
Jirisan es el parque nacional más grande de Corea del Sur, abarcando tres provincias: Jeolla del Norte, del Sur y Gyeongsang del Sur. La montaña Jirisan, que da nombre al parque, es la segunda más alta del país (1.915 metros). Este pico es considerado una de las montañas más sagradas del país, con una rica historia espiritual y cultural, albergando varios templos budistas como Hwaeomsa y Silsangsa, que datan de hace más de 1.000 años.
Fue catalogado como el primer parque nacional de Corea en el año 1967 y contiene una gran variedad de fauna y flora, como pueden ser el oso negro asiático y el goral coreano.

Nos dedicamos a hacer un poco de senderismo por el parque nacional hasta que damos media vuelta y nos ponemos en marcha hacia Busan.
Y hasta aquí el post de hoy, espero que os haya gustado la visita a esta maravillosa provincia y os anime a darle una oportunidad a Corea del Sur.
¡Un saludo y hasta la siguiente entrada!
