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Kioto, 1ª Parte: Sur de Higashiyama y el barrio de Gion

A las buenas tardes!

Retomamos nuestro viaje por tierras japonesas, esta vez con la ciudad de Kioto. Aunque no fue nuestro itinerario exacto, pues previamente pasamos un día mas en Matsumoto, desde donde visitamos la localidad vecina de Asama Onsen donde disfrutamos de la experiencia de bañarse en un auténtico Onsen (baño tradicional japonés) y un Rotenburo (baño termal al aire libre).

Este fue un cambio de planes, porque teníamos intención de acercarnos a Kamikochi, corazón de los alpes japoneses, pero debido al mal tiempo tuvimos que buscar nuevas opciones (muy a nuestro pesar). Razón de más para tener planes alternativos como os explicaba en la entrada previa al itinerario.

Tras este día, dejamos la ciudad de Matsumoto y nos ponemos en marcha hacia Kioto (vía Nagoya, donde pasamos la noche en otro Ryokan y probamos a cenar en un Izakaya, taberna tradicional, donde preparaban yakitori).

  • Cómo llegar:

La manera más rápida de llegar a Kioto es cogiendo el tren bala (Shinkansen) que comunica con las principales ciudades. Los trenes locales completan los itinerarios con el resto de localidades.

Para llegar desde Matsumoto cogemos el express Shinano hasta Nagoya y, una vez ahí, cambiamos al Shinkansen que nos deja en la estación principal de Kioto.

  • Kioto, Sur de Higashiyama:

Tras llegar a Kioto, localizar el hotel, dejar el equipaje y orientarnos un poco, nos ponemos en marcha hacia el sur del barrio de Higashiyama (literalmente traducido: Montaña del este), donde se encuentran los templos más conocidos de la ciudad.

Para llegar a los diferentes sitios, la mejor forma de hacerlo es o mediante el metro o mediante la red de autobuses de Kioto. El pase de día del autobús tiene un precio de 500 yenes, lo que lo hace bastante asequible; el pase viene con un mapa de la red de buses.

Dada la gran cantidad de templos que hay en Kioto (giras la cabeza en una calle y ya te encuentras con cinco), ceñimos la visita y entrada a los templos que son Patrimonio de la Humanidad o Tesoro Nacional. También recomiendo, ya que hay que descalzarse en la práctica totalidad de los templos, que llevéis calzado cómodo.

Una vez en la zona, comenzamos la visita con el templo de Kiyomizu-dera (literalmente: templo del agua pura) (Autobús 301). El templo de Kiyomizu-dera es un complejo de varios templos budistas declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO que data del año 778 (aunque los edificios son más recientes, de 1633). El templo toma su nombre de las cascadas que hay en el complejo, las cuales acaban en un manantial del que, según la tradición, si bebes de sus aguas, obtendrás salud y longevidad.

Se accede al complejo, previo pago de la entrada en la taquilla del templo, pasando por las características puertas principales.

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La zona exterior del complejo alberga varios altares y algunas pagodas, las vistas panorámicas a la ciudad de Kioto (si tienes suerte de contar con buen tiempo) son espectaculares.

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Tal vez la escena más característica de este templo es su balcón, que se sostiene sobre cientos de pilares de madera. Por desgracia, debido a los trabajos de restauración de los templos, la práctica totalidad de la cubierta del templo estaba tapada con un andamio (hola, hola, Tokyo 2020). Sin embargo, a pesar de llevarnos un chasco con esto, seguimos visitando el recinto.

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A mano izquierda de la salida del recinto principal, subiendo una escalera, nos encontramos uno de los edificios parte del complejo, llamado Jishu-jinja, dedicado a la deidad Okuninushi, del amor y las relaciones amorosas. En este templo hay un «pasillo» delimitado por dos rocas llamadas «Rocas del amor». Si consigues hacer el trayecto de roca a roca con los ojos cerrados, según la tradición, encontrarás el amor verdadero. También puedes pedirle ayuda a alguien para hacer el camino, sin embargo, necesitarás la intercesión de alguien para encontrar el amor. Una parte curiosa de la visita, sin duda.

En la parte inferior del mismo se encuentra el manantial de la montaña, del que se cogen sus aguas con una pértiga (muy higiénico todo, ya que las pértigas se sacan de una lámpara de rayos UV que las esteriliza). Tras beber de sus aguas continuamos con la visita por la ciudad, descendiendo por la calle principal hasta nuestro siguiente parada.

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Según bajamos por la calle principal del templo (Kiyomizu-michi), tomamos el primer desvío a la derecha, desde lo alto de la calle podemos observar la pagoda del templo Hokanji (Yasaka pagoda), templo que ya no existe.

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Dejando a un lado este impresionante edificio, entramos en el templo de Ryozen-Kannon, templo budista dedicado a la deidad Kannon (misericordia) y consagrado al recuerdo de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial. El recinto está dominado por la impresionante estatua sobre la cubierta. En la parte derecha del mismo se puede visitar la placa conmemorativa a las víctimas y las urnas con suelo de todos los países participantes en la guerra.

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Tras visitar este templo, muy cerca de su salida, nos encontramos con el segundo punto de interés de nuestro recorrido por la zona, el templo de Kodai-ji.

Este templo fue fundado en 1605 por Kita-no Mandokoro en memoria de su difunto esposo, Toyotomi Hideyoshi. El recinto del templo es enorme y hay jardines obra del famoso paisajista japonés Koboro Enshu, y casas de té diseñadas por maestros de la ceremonia del té.

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Tal vez la zona más impresionante del templo, con permiso de los jardines, es el pabellón principal, con su jardín de arena perfectamente rastrilleado.

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Tras la visita al templo, previo recorrido por los jardines y el bambusal de su recinto, nos desplazamos hacia el norte, pasando por el parque de Maruyama, hasta llegar a nuestra siguiente visita, el templo de Yasaka-jinja.

Yasaka-jinja es tal vez el templo sintoista más «del día a día» de Kioto, por llamarlo de alguna manera, pues las bodas y el culto diario se realizan en el mismo por parte de los habitantes de la ciudad, y especialmente los habitantes del barrio de Gion debido a su cercanía.

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Se accede al recinto principal por sus características puertas, en nuestro caso por la de la zona sur (minami-romon). Este templo se caracteriza por contar con un «Buden», un «escenario» donde se realizan las ceremonias y danzas tradicionales del sintoismo. Esta estructura está cubierta en su parte superior por cientos de farolillos, lo que la hace diferente al resto de templos que encontramos por la zona.

Al igual que en Tokio, tuvimos la suerte de presenciar otra boda tradicional japonesa, que se estaba celebrando en el hall principal del templo, entre cientos de turistas.

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Una vez acabada la visita al recinto y, tras parar bastante tarde para comer, por los pelos, comienza a anochecer. Nos adentramos de lleno en el barrio de Gion (o el barrio de las Geishas).

  • Gion: Visita nocturna al barrio de las Geishas:

Gion es un barrio pintoresco, completamente iluminado con farolillos y discretos carteles a lo largo y ancho de las calles, lo que le da una magia especial por la noche. Hay casas de té exclusivas para las Geishas y, sin duda, merece la pena dar una vuelta por sus calles.

Es complicado describir lo que es pasear por las calles de este barrio, en el que todo tiene un aire del pasado, es mejor experimentarlo por uno mismo.

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Y hasta aquí la entrada de hoy, en el siguiente post os hablaré sobre el bambusal de Arashiyama y el Fushimi Inari-Taisha, además de pautas para sobrevivir a un huracán japonés.

Saludetes y hasta el próximo post!.

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