Aldea de Gamcheong
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Busan y alrededores: Visitando la segunda ciudad de Corea del Sur y sus puntos de interés

¡Hola de nuevo!

Retomamos los post de nuestro viaje por Corea del Sur. Esta vez nos desplazamos hasta el este de la península de Corea para visitar la ciudad de Busan y sus alrededores.

La ciudad de Busan

La ciudad de Busan se ubica en el extremo sureste de Corea del Sur, limitando al norte con Gyeongsang del Sur, al noreste con Ulsan y al sur con el mar de Japón. Es la ciudad más grande del país, por detrás de Seoul. Tiene aproximadamente 3,6 millones de habitantes.

En esta ciudad se encuentra el puerto más importante del país, por lo que es principalmente conocida, así como por sus mercados de pescado (Jagalchi). También es un destino popular por sus playas (tiene un total de 6) y su clima, más suave que en otras zonas Corea del Sur.

Vamos a comentar el recorrido que hicimos por esta ciudad, empezando por uno de los principales reclamos de la zona, la aldea de Gamcheong.

Aldea cultural de Gamcheong

La aldea de Gamcheong (감천문화마을), situada en el distrito de Saha de Busan, es bastante conocida por sus casas coloridas apiladas en las laderas de la montaña que la rodea. Originalmente fue un asentamiento de refugiados durante la Guerra de Corea (1953) hasta que el Gobierno local y artistas la transformaron en lo que es hoy: un proyecto de renovación artística, basado en la renovación de las casas, las calles y en añadir diferentes esculturas y lugares de interés.

La aldea es conocida también por ser un «Pueblo museo», donde aún viven residentes locales, por lo que es importante respetar su descanso y realizar la visita de manera responsable. Sus calles están salpicadas de toda clase de pinturas y murales, desde fachadas hasta escaleras, en los que muy rara vez hay una firma visible de un autor.

Llegamos a esta preciosa localidad de Gamcheong por la tarde con el coche desde Suncheon y aparcamos cerca de la zona alta de la aldea. Tuvimos suerte de que estaba despejado para poder ver bien la zona con los cerezos en flor en el monte.

Uno de los lugares más fotografiados de esta zona es la escultura «The Little Prince and the Fox» (El principito y el zorro), inspirada en la obra «El Principito» del escritor Antoine de Saint-Exupéry, pero con un toque algo coreano.

La estatua se encuentra en la parte alta del poblado, en uno de los miradores. Se instaló aquí entre 2010 y 2012, durante las intervenciones artísticas financiadas por el Ministerio de Cultura de Corea del Sur y organizaciones locales. Dado que muchas de las esculturas de Gamcheong fueron creadas por colectivos de artistas anónimos o estudiantes de arte, no está clara la autoría de esta obra.

La escultura representa la amistad y la nostalgia, temas principales del libro y se alinea con el espíritu comunitario de Gamcheong. El zorro en la cultura Coreana representa tanto la astucia como la soledad, lo que podría reflejar la historia de este lugar, que encontró la esperanza tras ser un poblado de refugiados de guerra.

Tomamos café en un local justo al lado de la estatua, donde la dueña nos dejó la terraza para nosotros solos. Las vistas desde esta zona eran espectaculares y tuvimos una muy buena oportunidad de sacar muchas fotos de la bahía de Busan y de la propia aldea desde un punto algo más elevado.

Una vez oscureció cogimos el coche para ponernos en camino hacia el hotel. Después de cenar aprovechamos para dar un paseo por la zona cercana al alojamiento y dar un paseo por la playa.

Ciudad de Busan

Decidimos comenzar el día callejeando por Busan. Para ello cogemos el bus hasta la parte alta de la ciudad, en las inmediaciones del parque Yongdusan, para poder ver el paisaje y desde ahí bajamos hasta la torre de Busan.

Esta torre blanca que adorna el panorama de la ciudad fue construida en 1973 y únicamente se ha utilizado para fines de entretenimiento, no teniendo ningún equipo de transmisión como su hermana de Seoul. La cubierta de la torre cuenta con vistas panorámicas y una pequeña cafetería.

Tras la visita a la torre y al parque que hay junto a ella, descendemos al nivel de la calle a través de la escalera de Yongdusan, adornada con abundantes letreros de neón. Una vez ahí, nos ponemos de camino hacia el Lotte Mart de Gwanbok, para visitar su fuente interactiva. Esta fuente está recogida en el libro Guinness de los Récords como la fuente musical interior más grande del mundo. Podéis verla en este enlace.

Algunas imágenes de las calles del centro de Busan

Desde la azotea de este centro comercial tenemos también unas vistas privilegiadas de la ciudad y, en especial, del mercado de Jagalchi, nuestro siguiente destino. Se trata de uno de los mayores mercados de pescado y marisco, situado en el puerto de Busan, y que lleva en funcionamiento desde 1920.

Vista del mercado de Jagalchi desde la azotea del Lotte Mart

Es interesante visitar la pasarela trasera del mercado. Si acompaña el tiempo en la plaza central se realizan todo tipo de eventos y actividades. Además, desde aquí hay unas vistas muy bonitas del propio puerto.

Tras visitar el mercado nos desplazamos hacia la BIFF street y la BIFF Square. Esta zona saca su nombre del Festival Internacional de Cine de Busan (BIFF, por sus siglas en inglés) que transformó la calle tras su celebración en el año 1996. Esta calle es desde la cual Corea promociona su industria cinematográfica al mundo.

Se encuentra adornada de diferentes placas con las huellas de varios actores. También es una zona donde poder degustar la gastronomía coreana, con muchos restaurantes y puestos callejeros. Por ello, aprovechamos la visita para hacer un descanso y comer.

Callejeamos por esta zona hasta llegar a la calle Bosu (Bosu Book Street, Bosudong), una zona donde hay numeras librerías históricas y que, en mi opinión, es una calle con mucho encanto.

Esta calle surgió cuando Busan se convirtió en capital temporal durante la Guerra de Corea. Su historia comenzó cuando una pareja de evacuados de Corea del Norte abrió un puesto callejero, colocando cajas, revistas y libros viejos sobre ellas. Cuando muchos evacuados se asentaron en el Mercado de Gukje y tuvieron una vida difícil tras el fin de la guerra, estudiantes e intelectuales no encontraban libros a pesar de sus ganas de estudiar. Como resultado, las librerías de segunda mano en la calle prosperaron, y a medida que más evacuados abrieron nuevas librerías, se formó la actual calle del libro.

Librerías en la calle Bosu

En la plaza que hay en el centro de la avenida se encuentra el monumento al libro, que fue instalado en el año 2017 durante la renovación de la calle para reforzar su identidad literaria, por escultores locales. Es muy bonito apreciar el contraste entre los materiales nuevos de la escultura y las librerías históricas que hay por los alrededores.

Después de visitar algunas de las librerías y recorrer la calle continuamos por la zona sin un destino en particular, aprovechamos para entrar en unas cuantas tiendas y comprar algunos recuerdos, así como echar un par de partidas en las recreativas que salpican las calles de la ciudad.

Tras la visita al centro de Busan y con el atardecer muy cercano volvemos a la zona en la que cogimos el hotel, la playa de Haeundae. Es una zona muy tranquila en la que aprovechamos a poner un poco los pies en remojo.

Playa de Haeundae

Cenamos por la zona y recorremos el paseo marítimo por la noche. Cerca del final de este paseo está el parque de Dongbaek, un muy buen sitio donde poder ver la línea de costa de Busan, así como el puente de Gwangan, que conecta los diferentes distritos de la ciudad.

Vistas de Busan desde el parque de Dongabaek

Templo de Haedong

Hacemos de nuevo las maletas y nos alejamos de Busan para dirigirnos a otro de los puntos fuertes y atractivos de la ciudad, el templo de Haedong Yonggungsa, situado en la costa este de la ciudad. Como nota, se trata de uno de los lugares más populares de la ciudad, por lo que conviene ir pronto por la mañana o a última hora de la tarde para verlo con tranquilidad y poca gente.

Se trata de un templo budista fundado en el año 1376 por el sacerdote Naongh Wasang, el asesor del monarca de Corea en aquella época. El principal atractivo del templo es su ubicación: el acantilado de la costa. Además presenta una perfecta combinación entre el mar, la estatua del dragón y piezas budistas que salpican los diferentes elementos del edificio.

La entrada al templo es libre, y se accede bien por transporte público o coche hasta el parking situado en lo alto de la colina. Para poder llegar al templo desde ahí recorremos un sendero de adoquines que nos lleva hasta la entrada principal y, desde ahí, bajamos la escalera hasta el puente que da acceso al templo. Según las creencias de la zona, la escalera compuesta de 108 peldaños fue creada para que los visitantes puedan sacar 108 problemas de su vida, aclarando su mente.

Desde esta escalera es posible acceder también a un acantilado cercano, desde la cual poder sacar muy buenas fotografías del conjunto monumental. Las vistas desde este acantilado son impresionantes.

El templo está bellamente decorado por faroles y figuras budistas, entre ellas destaca la efigie de Haesu Gwaneum Daebul, la diosa de la misericordia; así como la Gran estatua de Buda, que vemos en la fotografía de arriba. La parte alta del templo permite una vista panorámica de la costa de Busan.

Como pasatiempo, podéis intentar tirar una moneda desde el puente al cuenco de Buda situado en el acantilado y así, además de hacer una ofrenda, considerarse afortunados si lográis encestar. En el acceso al recinto del templo, en el camino empedrado que lleva hasta el edificio principal, hay numerosos puestos de comida y recuerdos, así como rosarios budistas y otros objetos interesantes.

Una vez visitado el templo y sus alrededores, y como parada previa antes de llegar a Gyeongju, nos detenemos en el templo de Tongdosa.

Templo de Tongdosa

Ubicado en la parte sur del monte Chiseosan, se encuentra el templo de Tongdosa (salvación del mundo a través de la maestría de la verdad). Fue fundado durante el reinado de la reina Seondeok en el año 646 por el monje Ja-Jang, después de que éste trajera de China varias reliquias de Buda (una túnica, un cuenco y un hueso de su cráneo), durante la dinastía Tang. Se trata, como hemos visto en las entradas anteriores, de una de las 3 joyas del budismo , representando a la secta Gautama, junto con los templos de Songgwansa y Haeinsa.

Estas reliquias se encuentran en una cúpula de piedra junto al altar principal, donde los peregrinos rodean descalzos la plaza donde se ubica esta cúpula, para rezar y meditar.

En términos de extensión, se trata del santuario budista más grande de Corea del Sur. Consta de 35 edificios y se rodea de otros 14 templos adicionales en sus inmediaciones. Su pabellón central fue designado Tesoro Nacional. También alberga una comunidad de monjes y un museo, del que hablamos más adelante.

Solo uno de los edificios del templo sobrevivió a la guerra entre Japón y Corea, siendo este el más antiguo que se conserva. El resto de edificios se han construido y reconstruido de manera periódica a lo largo de la historia del templo.

Tongdosa es frecuentemente llamado por los Coreanos «el templo sin Buda» ya que no hay ninguna estatua en él. Además del templo, el recinto alberga el museo de Tongdosa, en el que se ubican 19 tesoros provinciales y 794 propiedades culturales locales. En nuestra visita pudimos ver una exposición temporal de gravados realizados por diferentes artistas que mereció mucho la pena.

Merece la pena visitar también el exterior y cruzar el puente Samseongbanwol, para observar el entorno natural en el que se ubica el complejo.

Y con esto terminamos nuestro paseo por Busan y sus alrededores. Espero que os haya gustado y que os anime a visitar este maravilloso país.

El próximo post será el último del ciclo relativo a Corea del Sur, tras el cual pasaré a detallar el segundo y tercer viaje que hemos hecho al país vecino Japón.

Muchas gracias por dedicar tiempo a leer estas entradas y nos vemos en el siguiente post.

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