Varsovia: Parte I: Capital de contrastes
¡A las buenas tardes!
Siguiendo con nuestro Tour por Polonia visitamos hoy su capital, Varsovia (Warszawa, /varshava/), una ciudad de unos 1’7 millones de habitantes que no te deja indiferente a pesar de que la opinión popular, tanto fuera como dentro de Polonia, diga que es una ciudad fea y que no merece la pena visitar. En mi humilde opinión puedo decir que fue una de los sitios que más disfruté visitando.
Así que, sin más dilación vamos a visitar ésta gran ciudad. ¡Empezamos!
– Un poco de historia:
La ciudad de Varsovia ha tenido sus altibajos , pero todo el carácter y esencia polaca han sabido hacer frente a la destrucción y reconstrucción que ha sufrido ésta ciudad durante más de una vez. La ciudad era al principio del siglo 14 un simple asentamiento donde los duques de Mazovia construyeron un fuerte, fuerte cuyo lugar ocupa hoy en día el gran palacio real. En 1413 los duques eligieron Varsovia como su enclave de poder, y así fue durante 100 años, hasta que los duques murieron sin dejar un heredero y todo el ducado de Mazovia cayó en manos de la corona del rey de Kraków. Tras la unificación de Polonia con Lituania se votó por hacer de la ciudad el centro político del país por su posición central y, en 1595 el rey Sigmundo III decidió mover la capital real de Kraków a Varsovia.
Desde entonces la ciudad ha sufrito 3 destrucciones, la primera por la invasión Sueca en 1655, otra vez durante la primera guerra mundial y por última vez durante la segunda en 1939, cuando las bombas atacaron la ciudad sin compasión, destruyendo por completo el casco viejo de la ciudad y transformando ciertas zonas en Guettos para encerrar ahí a los más de 380.000 ciudadanos judíos que vivían en Varsovia.
Tras la reconstrucción masiva que se dio tras la guerra, y tras 40 años de gobierno comunista, la ciudad ha adquirido de nuevo su fuerza y presenta un crecimiento económico sin precedentes.
– Mi viaje a Varsovia:
Como de costumbre, empezamos la excursión desde la ciudad de Wrocław, desde donde tenemos unas cuatro horas en viaje en autobús hasta la capital. A pesar de que podía haber llegado hasta Varsovia en avión desde el aeropuerto de Wrocław facturar me daba una pereza terrible y, como sólo iba a pasar ahí una noche, opté por el bus (precio y horario bastante bueno, por cierto).
A diferencia de otros lugares que ya he explicado a lo largo de ésta temporada en el blog, en Varsovia tenemos aeropuerto al que llegan muchas de las líneas más conocidas como Lufthansa y Ryanair a precios bastante asequibles, con lo que llegar es bastante más fácil. Además es la única ciudad de Polonia que cuenta con una línea de metro, con lo que el transporte dentro de la ciudad es sencillo. Sin embargo os recomiendo encarecidamente que lo primero que hagáis sea conseguir un mapa en la oficina de turismo (porque la ciudad es enorme y todas las calles parecen iguales), que se encuentra en el Palacio de Cultura y Ciencia (Pałac Kultury i Nauki), desde donde vamos a comenzar la visita. Hasta aquí podemos llegar o bien en metro (Parada Centrum) o en tram, mismo nombre de parada, desde el aeropuerto o estación de autobuses.
El palacio es tal vez el edificio más conocido de toda la ciudad, regalo de amistad de la Unión Soviética a Varsovia tras la segunda guerra mundial. Su construcción duró desde 1952 hasta 1955 y sus 231 metros de altura lo hacen uno de los edificios más altos de todo Polonia (aunque como ya comentaba en comentarios con uno de mis seguidores, éstas comparaciones hay que cogerlas con pinzas jejejeje). El edificio alberga un gran salón de congresos, tres teatros, un cine y dos museos, así como varios espacios de oficinas. Sin embargo la mejor atracción del mismo es la terraza situada en su cúspide, desde la que podemos ver toda la ciudad.
Desde éste punto y una vez que tengamos en nuestras manitas el codiciado mapa, que nos va a venir muy bien, podemos comenzar nuestra visita. A pesar de que el grueso de los monumentos y lugares importantes se pueden visitar en un día, recomiendo hacer noche (aunque los precios son algo más caros que en el resto de Polonia, lo que tiene estar en la capital). Además, de ésta forma se puede disfrutar de la noche, y os puedo asegurar que merece la pena pasarse por los bares.
Para hacer más fácil ubicar los sitios dentro de la ciudad voy a dividir la visita en tres partes: Primero visitaremos la parte del distrito financiero, en una nueva entrada visitaremos la zona sur de la ciudad y en una tercera entrada visitaremos ya el casco viejo de la ciudad, que contiene el Rynek, las iglesias y el Palacio Real.
– Distrito financiero de la ciudad:
Quizás ésta sea la zona menos transitada por los turistas de la ciudad, pero a título personal y como gran aficionado a la arquitectura moderna que soy, he de decir que pasear por las largas avenidas fue una decisión acertada, sobre todo aprovechando ése paseo para llegar al museo del levantamiento de Varsovia.
El centro financiero engloba la parte central de Varsovia, desde las inmediaciones del Palacio de Cultura y Ciencia hasta bien entrado el casco viejo y un poco más al oeste de la ciudad, hacia donde me dirigí en primer lugar tras encontrar el hostal en el que me hospedaba (situado en la calle Emili Piater, muy céntrico y a buen precio). Curiosamente mientras andaba dí con uno de los edificios que menos esperaba encontrar: un filtro de aguas de la empresa para la que trabajé durante mi estancia en Polonia: MPWiK (Empresa municipal de abastecimiento y depuración de aguas) rodeado de una larga cola de gente. Es ni más ni menos que un arcaico filtro de partículas en suspensión en el agua que todavía hoy sigue funcionando, el día que fui era el único día del año en el que la empresa lo abría al público (dado que aquél fin de semana era la noche de los museos, una ocasión en la que los museos son gratis y se abren hasta las 2 de la mañana).
La cola intimidaba bastante, y como no tenía ni tiempo ni ganas de estar 3 horas esperando bajo la lluvia decidí dejarlo, sin embargo en la página web de la empresa (de donde viene la fotografía) se puede observar el interior del edificio y el famoso filtro:
Siguiendo el camino por el distrito financiero pasé hasta la zona de los rascacielos de la ciudad, en mi ruta hacia el museo de la revolución de Varsovia y al antiguo Guetto:
Y andando y andando, por fin llego al dichoso museo. Éste curioso museo ubicado dentro de una estación de energía se sitúa en la zona sudoeste del antiguo Guetto de Varsovia, en él se narra la historia del alzamiento de Varsovia a través de sus tres plantas, con numerosos vídeos, fotografías y documentación. La cantidad de información que encontramos en éste museo es abrumadora, y relata con todo lujo de detalles los inicios de la SGM, su desarrollo y la repercusión que tuvo en la ciudad (desde los bombardeos hasta la toma de las armas y el comienzo del alzamiento). Andando por sus pasillos y en seguida notamos la desesperación que sintieron los habitantes de la ciudad en los comienzos de la SGM.
Una vez visitado el museo me dirigí de vuelta al hotel, disfrutando de las vistas por la noche de la ciudad, y sobre todo del aspecto que toma la ciudad al caer el sol, con el imponente rascacielos iluminado por los focos. Desde la parada de metro de Centrum fue relativamente fácil volver al hostal, relativamente fácil porque tuve que aprender a cruzar la calle en Varsovia (por muy tonto que parezca, sí), y ésto es porque no hay pasos de peatones en las avenidas de la ciudad, hay que utilizar una serie de pasos subterráneos para acceder a un punto u otro de la carretera. Por ello os recomiendo que según a que sitio vayáis no perdáis de vista las escaleras que dan a éstas galerías.
Una vez de vuelta en el hotel descansé un ratillo y luego me dispuse a dar una vuelta por los bares de la ciudad, toda una experiencia.
Y hasta aquí os voy a contar hoy, en la próxima entrada exploraremos la zona sur de la ciudad, y en la siguiente la zona vieja Varsovia, pasando por el monumento al soldado desconocido, el Palacio Real, el Rynek y el museo de Chopin.
Saludetes y hasta la próxima!
Un comentario
Piazza Gelato
Fabuloso como siempre. Esperando la segunda parte. Un saludo.