Ciudades con encanto,  Monumentos,  Viajes

Kraków: Desde el Rynek hasta Auschwitz

¡A los buenos días!

En el post de hoy os voy a hablar un poco de los viajes que hice en su momento por Europa. Uno de éstos viajes fue a Kraków (/Krakuf/) o Cracovia, antigua capital de Polonia y nombrada «Ciudad más bonita del mundo» por varias publicaciones, así que no está de más hablar de ella. ¡Vamos allá!

– Un poco de historia:

Kraków es la antigua capital de Polonia y su historia se remonta hasta el siglo VII, cuando un mercader judío llamado Abraham ben Jacob visitó el enclave y lo convirtió en un lugar de encuentro para el comercio, llamándolo Krakwa. Fue en 1038 cuando éste enclave, tras siglos de comercio, pasó a ser la capital de Polonia, a partir de dicho punto la fama y prestigio de la ciudad no hizo más que crecer hasta que en 1241 los Tatras quemaron la ciudad hasta las cenizas. Sin embargo los Polacos la reconstruyeron y crearon lo que hoy conocemos como el Rynek. En el año 1364 el rey Kazimierz III (Casimir el grande) hizo su residencia de la familia real de Polonia, teniendo su sede en la colina de Wawel, donde se erigió el castillo de Wawel (Zamek Królewski na Wawelu).

La ciudad siempre ha gozado de una cultura sin igual en toda Polonia, incluso dentro del Imperio Austrohungaro, atrayendo a grandes mentes como la de Nicolas Copernico o construyendo la institución que más tarde se convertiría en la Universidad.

Durante la segunda guerra mundial fue ocupada por los alemanes, creando el ghetto donde todas las grandes mentes y ciudadanos judíos que no fueron transportadas a los campos de concentración estuvieron retenidos. La ciudad fue saqueada a conciencia por los alemanes, pero por suerte evitó ser el centro de los bombardeos, con lo que (al margen del ayuntamiento) conserva intacta su arquitectura típica.

Tras la guerra y las reconstrucciones la ciudad triplicó su tamaño, hasta convertirse en la tercera ciudad más grande de Polonia. Tras la caída del comunismo se convirtió en el centro turístico que conocemos hoy, convirtiéndose entonces en la segunda ciudad del país.

– Nuestra excursión a la ciudad:

Llegar a Kraków es bastante fácil, tanto desde Wrocław como desde cualquier punto de Europa, pues tiene su propio aeropuerto, ubicado en la ciudad de Katowice. Concretamente desde Wrocław hay 3 horas y media (más o menos) de autobús y te sale el billete (ida y vuelta) por unos 50 zł (12€). La estancia ahí está bastante barata, pasamos dos noches por 30€ en un albergue con desayuno incluido muy cerca del centro.

Moverse por la ciudad es fácil y sencillo, porque todos los monumentos y sitios interesantes de ver están en lo que se conoce como el «anillo verde» de la ciudad (una red de parques y recintos ajardinados), que engloba la parte vieja, con lo que se puede visitar prácticamente a pié.

Mapa de Kraków, en el exterior se puede ver el anillo verde.
Mapa de Kraków, en el exterior se puede ver el anillo verde.

Comenzamos con el recorrido subiendo por la calle Grodzka, entrada al barrio viejo de Kraków. Por ésta calle podemos visitar tanto el Arsenal real de la ciudad y la iglesia de San Andres, con su peculiar arquitectura y entrada dominada por una serie de estatuas representando a diferentes santos. Siguiendo calle arriba encontramos a nuestra derecha la iglesia de San Pedro, y más adelante damos de lleno con el Rynek de Kraków, la plaza medieval más grande del mundo.

La plaza medieval de Kraków, es tan grande que no cabe en una sóla foto.
La plaza medieval de Kraków, es tan grande que no cabe en una sóla foto.
Iglesia de San Andrés
Iglesia de San Andrés
Iglesia de San Pedro
Iglesia de San Pedro

En el centro de la plaza podemos ver el edificio que ocupa prácticamente su totalidad. Se trata del mercado de la lana (Sukiennice). Fue un día el centro del comercio de la ciudad, data del siglo XIV y ha sufrido varias reformas a lo largo de su historia. En el piso de abajo encontramos tiendas de artesanía y souvenirs mientras que el piso de arriba es una galería de arte.

En la parte este de la plaza encontramos la imponente basílica de Santa María, con su típica arquitectura de ladrillo rojo y dos torres de diferente altura, coronadas con una cúpula del renacimiento. La torre más baja alberga 5 campanas mientras que la más alta fue utilizada tradicionalmente como torre de vigilancia.

IMG_3536
Catedral de Santa María

Dando un paseo por la plaza, alrededor del mercado de la lana nos topamos con la torre del antiguo ayuntamiento de Cracovia, la única parte del edificio que sobrevivió a los bombardeos de la SGM (el resto del edificio fue destruido). Algo curioso de la plaza es que puedes visitar las catacumbas de la ciudad, situadas debajo del Rynek, no tuve el placer de visitarlas por falta de tiempo pero un amigo que pasó su Erasmus en la ciudad las visitó y le encantaron. Según él es casi como una segunda ciudad bajo tierra.

El mercado de la lana y la torre del ayuntamiento.
El mercado de la lana y la torre del ayuntamiento.

Después de visitar ésta zona nos dirigimos al norte a perdernos un poco por las calles del casco viejo, aquí podemos visitar el museo de farmacia, el museo de historia local y, al norte, casi al final del casco viejo, la puerta de Florian (Brama Florianska), que daba entrada a la ciudad, única superviviente de las 8 puertas que antiguamente cerraban el recinto amurallado.

Tras acabar ésta visita volvimos al hostal para coger el autobús que nos lleva hasta otro punto interesante cerca de la ciudad de Kraków, el campo de concentración de Auschwitz. He de decir que, si vas a ir de visita a la ciudad, es recomendable que reserves la excursión nada más llegar en una de las muchas compañías, personalmente recomiendo 4Travel (SeeKrakow), su servicio es muy bueno y tienen guías hispanoparlantes que hablan muy bien el idioma. Aparte como fuimos 7 personas nos hicieron tarifa de grupo y pagamos todavía menos (20€ por la visita guiada + entrada + transporte desde la puerta de nuestro hostal).

– Auschwitz:

De todos es conocido el mayor campo de concentración y exterminio que se conserva, así que me ahorraré contar la historia. La visita guiada por éste lugar dura unas 6 horas aproximadamente, con guía que va explicando todo, el lugar está a 50 minutos más o menos de la ciudad. Merece mucho la pena visitar la zona, pero agota tanto física como espiritualmente, el hecho de recorrer los pasillos, las cámaras de gas y ver lo que ha pasado en éste lugar hace que te pese el corazón cuando acabas el recorrido. Pudimos ver a mucha gente que salía llorando de los recintos del campo.

La excursión también incluye la entrada a Birkenau (campo de concentración propiamente dicho), donde llegaban los trenes cargados de ciudadanos.

Birkenau
Birkenau

Interior del campo

Interiores

Muro

Restos

La visita termina con el agradecimiento de los guías por la visita, ya que para los ciudadanos Polacos es muy importante que la gente lo visite para que jamás se olvide lo que ahí sucedió. Una vez dicho ésto volvemos al autobús que nos deja de nuevo en el hostal en Kraków, ya casi es de noche.

La ciudad tiene otro aire diferente cuando se oculta el sol, podemos aprovechar para dar otra vuelta por el rynek, iluminado por los focos, o bien visitar el antiguo ghetto judío de Kazimierz, centro de la vida nocturna. Yo me decanté por la segunda opción.

El barrio de Kazimierz fue hace siglos un centro de la cultura judía como no había ningún otro, pero tras el exterminio y deportación de la mayor parte de la población Judía de Cracovia durante la SGM dicha cultura se extinguió. El barrio volvió a la vida bastantes años después de la guerra, cuando se comenzaron a instalar ahí diversos restaurantes, locales de música, discotecas y otros locales, además, milagrosamente, 7 de sus sinagogas sobrevivieron a la guerra, sitios que podemos visitar a día de hoy.

Por la noche lo mejor que puedes hacer es comerte un zapiekanka para cenar en la ulica Szeroka (lo que conoceríamos aquí como un panini) según tus gustos, los hay de todo, y luego dar una vuelta por los locales. Hay desde sitios para pasar el rato y bailar hasta la mañana siguiente o para estar tranquilamente. También, si eres homosexual, Cracovia es tu ciudad, pues es junto con Varsovia y Wrocław una de las ciudades más tolerantes de Polonia, y cuenta con varios locales de marcha, todos ellos ubicados en éste barrio o los alrededores.

A la mañana siguiente, con las maletas a cuestas nos dirigimos a ver el castillo de Wawel, tras subir la cuesta que lleva hasta la puerta de la colina donde está el castillo, los guardias de seguridad nos pararon y nos dijeron que dejásemos todo en las oficinas de la conserjería. Muy majos ellos, y ésto es algo curioso que me gustaría comentar: en los museos polacos no dejan entrar con nada (mochilas etc), todo lo tienes que dejar (gratis) en las taquillas o lugares destinados a dicho fin. Punto para Polonia.

Entrada al castillo
Entrada al castillo
El Castillo de Wawel
El Castillo de Wawel
El castillo, más cerca.
El castillo, más cerca.

Tras subir la colina nos encontramos de lleno con el castillo, que ha sufrido reformas en sus más de 500 años de historia, teniendo toques de barroco y el renacimiento todos juntos. No entramos porque sino perdíamos el autobús de vuelta a Wrocław. Sin embargo pudimos dar un paseo por el Vístula, el río que atraviesa la ciudad y va hasta Varsovia, visitando los diferentes puestos del paseo y la escultura del dragón de Cracovia.

El dragón de Kraków, cada hora en punto echa fuego por la boca (menudo susto nos pegó mientras nos estábamos sacando la foto debajo suyo xD)
El dragón de Kraków, cada hora en punto echa fuego por la boca (menudo susto nos pegó mientras nos estábamos sacando la foto debajo suyo xD)

Ya por último sólo quedó comer algo ligero para luego coger el autobús de vuelta a casa. Mis compañeros de piso volvieron al de dos meses para ampliar un poco más la visita pero no tuve oportunidad de acompañarlos, pero sí que hay algunos sitios cercanos a la ciudad que merece mucho la pena visitar:

– Minas de Sal de Wieliczka:

Las minas de sal son otra de las atracciones de la ciudad, están a una hora de autobús, reciben una media de 800.000 visitantes al año y fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1978. Se trata de una de las minas de sal más antiguas del mundo, han sido explotadas desde el siglo XIII hasta hoy en día, con sus 327 metros de longitud y más de 300 kilómetros de galerías subterráneas.

En su interior podemos encontrar cámaras y capillas construidas en su totalidad con sal, que ilustran la historia de la minería de la sal, además de lagos subterráneos.

la-catedral-de-sal-de-wieliczka_07_thumb minas-de-sal-de-wieliczka_152613

Y con ésto acabo mi aventurilla por la ciudad de Cracovia, espero que os haya gustado y que os haya dejado con las ganas de visitarla vosotros y vosotras mism@s.

Me despido hasta el siguiente post en el que escribiré sobre mi viaje al mar báltico, visitando la ciudad costera de Gdansk y sus alrededores.

Un comentario

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.